La producción de vino es sin duda uno de los sectores de mayor pujanza en los últimos años y, como tal, requiere de una maquinaria de embotellado adecuada a sus necesidades. Es un tipo de negocio tan particular, en el que se pone tanto mimo por parte de sus profesionales, que alcanza prácticamente la categoría de arte para disfrute de tantas personas, ya sean aficionadas o expertas.

Todo está muy cuidado en el proceso enológico. Empezando, por supuesto, por la selección de la materia prima y la correspondiente vendimia. Ese es el punto de partida de la elaboración de cualquier caldo que continúa con el prensado de la uva, la obtención del mosto y su posterior maduración. Y cada paso es fundamental para conseguir con el producto el ‘carácter’ deseado.

¿Cuál es el broche de este laborioso trabajo? Exacto. El embotellado. Y ahí entra la aportación que hacemos desde IRUNDIN. Llevamos décadas diseñando y desarrollando embotelladoras que se ajustan de manera precisa a cada bodega. No hay dos vinos iguales, no hay dos producciones iguales y no hay dos formas de trabajar iguales. Por eso, personalizamos nuestras máquinas para que se integren en cada sistema de llenado de botellas.

 

No hay dos vinos iguales, ni dos producciones iguales,
ni dos formas de trabajar iguales. Por eso
nuestras embotelladoras se ajustan a cada bodega

 

Al igual que en otros campos, hemos innovado en nuestras soluciones gracias a las nuevas tecnologías. Todo ello beneficia un mejor embotellado, taponado y encapsulado del vino para mantener la calidad del producto final. Todo el esfuerzo realizado durante años culmina en ese momento y, por supuesto, se ha de asegurar la correcta conservación del producto.

En IRUNDIN somos conscientes del valor que tiene cada botella. Prueba de ello, es que llevamos más de 25 años poniendo nuestra ingeniería de embotellado al servicio de las mejores cosechas. Las bodegas más reputadas de España y de Francia confían desde hace tiempo en nuestra experiencia para lograr una producción de vino más eficiente.